El avance en las tecnologías sanitarias ha facilitado que los cuidados de personas mayores y pacientes crónicos se puedan realizar en su mayoría fuera del hospital. Esta tendencia se ha fortalecido gracias al envejecimiento de la población y al aumento de pacientes con múltiples patologías que requieren atención continua sin hospitalización directa.
En este contexto, se presenta un modelo de futuro enfocado en la tecnología domiciliaria. La Fundación Tecnología y Salud, en conjunto con la Fundación Edad & Vida, ha lanzado el Proyecto HomeCare, que busca mejorar la calidad de vida de estos pacientes a través de innovaciones tecnológicas.
El informe del proyecto destaca la importancia de mejorar el acceso a tecnologías sanitarias en el hogar. Estas tecnologías juegan un rol clave en asegurar el bienestar y calidad de vida de los pacientes, modulando entre sus necesidades y los recursos disponibles.
Fernando Bandrés, presidente de la Fundación Tecnología y Salud, enfatiza que muchas personas desean vivir en sus domicilios el mayor tiempo posible. Las tecnologías sanitarias han sido cruciales para adaptar la atención médica a esta preferencia, priorizando las intervenciones ambulatorias y domiciliarias.
Las tecnologías digitales han permitido nuevas formas de atención hospitalaria no presenciales, facilitando la monitorización de pacientes desde sus hogares. Esto no solo mejora la calidad de vida, sino que también optimiza el uso de los recursos sanitarios.
La coordinación entre tecnologías innovadoras y el sistema de salud ha demostrado ser eficaz al reducir costos y mejorar la eficiencia asistencial. Este enfoque propicia así un envejecimiento activo entre la población, al tiempo que se reducen los desplazamientos innecesarios al hospital.
Joaquim Borrás, de la Fundación Edad & Vida, destaca el beneficio de un modelo de atención domiciliaria que no solo considera las necesidades de salud, sino también las preferencias personales de los pacientes. La prevención y el seguimiento oportuno del estado de salud son fundamentales para mantener la calidad de vida.
El modelo ideal busca prevenir el deterioro físico y asegurar que las personas conserven su autonomía. Esto se logra mediante la integración de las tecnologías sanitarias en el día a día de los pacientes, ofreciendo así una atención continua y adaptativa.
Se recomiendan varias estrategias clave para fortalecer este modelo, como el desarrollo de programas integrales de seguimiento y capacitación para el personal sanitario. También se destaca la importancia de involucrar a los pacientes en el proceso decisional sobre su propio cuidado.
Estas recomendaciones incluyen también la resolución de desafíos técnicos, como la interoperabilidad de sistemas y el uso adecuado de datos para mejorar la atención sanitaria a nivel domiciliario, asegurando un abordaje eficiente y completo de las necesidades de salud.
La implementación de la atención hospitalaria a domicilio representa un avance significativo hacia un sistema de salud más accesible y eficaz. Integrando tecnología innovadora, se mejoran las condiciones de vida de los pacientes, adaptando el cuidado a sus necesidades y preferencias personales.
Este enfoque no solo mejora la experiencia del paciente, ofreciéndoles mayor comodidad y calidad de vida, sino que también promueve un uso más eficiente y colaborativo de los recursos disponibles en el sector salud.
Para los profesionales del sector salud, la adopción de tecnologías domiciliarias supone enfrentar retos logísticos y técnicos. La interoperabilidad de sistemas y el manejo seguro de datos emergen como prioridades para asegurar un servicio eficaz y coordinado.
Las soluciones digitales no solo deben integrarse en el entorno doméstico de forma funcional, sino que deben garantizar una conexión continua con los sistemas de salud tradicionales, permitiendo así una atención médica que sea tanto proactiva como reactiva ante las necesidades del paciente. Para más detalles, lee nuestro post sobre cuidado especializado y compasivo.
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